Eventide Blackhole review en español
Como se suele decir, Eventide es una marca que no necesita presentación ya que desde sus inicios en 1971 en Nueva York son responsables de las mejores y más complejas unidades de efectos y armonizadores de la industria del sonido como el clásico H910, H3000, etc.
En tiempos más cercanos han ido sacando al mercado varias unidades de efectos en formato pedal que siempre suponían una auténtica revolución. No sólo por su tremenda calidad, sino por ser productos tremendamente creativos y pensados para dar herramientas al músico con las que desarrollar sus ideas. Cada uno de estos pedales se especializa en una función, básicamente Reverb, Delay, Modulación y Pitch. Posteriormente salió al mercado el poderoso H9 que combinaba todos ellos.
La última creación de Eventide se llama Blackhole y ellos mismos lo describen como “Reverb de otro mundo”. Lo cierto es que el algoritmo Blackhole ya existía en el súper procesador H4000 y también en los posteriores pedales Space y H9. Este nuevo pedal está enteramente dedicado a ese algoritmo y te permitirá disfrutar de varios presets de fábrica así como guardar tus propias variaciones.
Sin entrar de lleno en el terreno de la física y el Espacio, se supone que lo que hay más allá de un agujero negro es un lugar donde el tiempo se congela o donde la gravedad se pliega sobre sí misma, o quizás sea un portal a otra dimensión… Con esta inspiración nace este Blackhole, el cual viene a descubrir un nuevo universo de Reverbs mucho más allá de las típicas Hall, Room, Plate y Muelles. El manual nos habla de atmósferas supermasivas, supernovas sónicas, remolinos sonoros, etc. Siempre es difícil buscar palabras para las sensaciones que nos causa el sonido, pero lo cierto es que el tipo de ambientes que puedes conseguir con tu instrumento y este Blackhole es realmente sorprendente y, sobre todo, tremendamente creativo.
Construcción
La construcción del pedal en metal es tremendamente resistente y los controles nos permite acceder a los parámetros primarios y secundarios usando un pequeño interruptor que hace que cada potenciómetro tenga dos usos posibles. El interruptor Active se encarga de activar el efecto mientras que Freeze permite congelar la cola de la Reverb de modo indefinido o bien mantenerlo pulsado para elegir el preset almacenado.
Incorpora entradas Mono o Stereo, salida Stereo, entrada para pedal de expresión y puerto USB para editar en tu ordenador todos los parámetros, guardar o cargar presets así como actualizar la unidad.
Desde el editor para Mac o PC puedes acceder a muchísimas funciones extra. Por ejemplo, puedes elegir que el Blackhole sea una unidad True Bypass o bien que actúe como Buffer preamp (ideal cuando usas cables largos o necesitas que la señal no caiga tras pasar por varios pedales), así como un modo que hace que la cola de la Reverb no caiga aunque cambies de preset (genial)
Pero…¿es un pedal para bajo? Pues sí, también para bajo. Está claro que si tan sólo necesitas un toque de reverb para algún solo, hay opciones más sencillas y asequibles en el mercado, pero es que lo que nos propone esta unidad Blackhole es algo totalmente distinto ya que gracias a sus complejos procesos y su increíble calidad pone literalmente a nuestros pies una herramienta que es capaz de transformar nuestro instrumento en un elemento de creación muy poderoso. De hecho una pasada rápida por los presets que trae cargados de fábrica es todo lo que ha hecho falta para que nos enamorásemos del Blackhole al instante. La circuitería de primer nivel de Eventide hace que la señal de nuestro instrumento no pierda absolutamente nada de calidad, lo cual es algo fundamental y por supuesto la ausencia de ruido es total. A partir de ahí se trata de ir pasando por los presets que trae cargados, jugar con los parámetros y empezar a disfrutar. Todo eso lo podemos multiplicar al conectar el Blackhole a nuestro ordenador ya que podremos acceder a muchos más presets tremendamente creativos y almacenarlos en el propio pedal con las modificaciones que consideremos necesarias.
Más allá de crear texturas espaciales ideales para ciertos tipos de música, cuando tienes a tu lado una unidad de Reverb tan potente te das cuenta de que un uso discreto de este efecto puede de hecho ayudarnos a que nuestro bajo destaque más en la mezcla y adquiera un carácter único. Todo el proceso de experimentación resulta tremendamente sencillo y en unos pocos minutos hemos conseguido una reverb metálica corta ideal para slap o bien un efecto de ambiente ideal para tocar acordes y arpegios donde la cola de la reverb acompaña pero no se interpone con el siguiente acorde. De repente una progresión musical que llevamos años tocando adquiere un nuevo sentido, y eso es algo que nos encnta. Una vez hechos los experimentos más extremos, hemos podido lograr una reverb muy corta y discreta que de hecho podría estar activada siempre ya que no se llega a percibir como Reverb sino como un efecto de cierta profundidad y dimensión que hace que nuestro bajo suene sencillamente mejor, ya sea él solo como en combinación con otros instrumentos. De hecho, en cuanto desactivas este efecto discreto parece que el bajo ha pasado de 3D a 2D, por explicarlo de algún modo. Lo cierto es que la calidad de proceso de este tipo de pedales muchas veces se nota más cuando queremos un efecto sutil que uno exagerado, y este es el caso con el Eventide Blackhole.
Con el contrabajo nos ha parecido tremendamente interesante, pudiendo obtener un sustain casi infinito al tocar pizzicato o bien añadir un carácter espacial increíble al tocar con arco. De hecho podemos asegurar que el tiempo vuela al usar este pedal porque al solaparse las colas de las notas con esta Reverb se crean nuevas texturas realmente increíbles. Inspiración a raudales.
La entrada para pedal de Expresión va más allá de lo normal también: permite conectar un pedal de ese tipo, un pedal y un interruptor Tap para fijar el tiempo del pre-delay o bien un interruptor triple para Preset Up-Down y seleccionar el preset. Algo que nos encanta es que cuando conectas un pedal de expresión puedes elegir sobre los parámetros que quieres que actúe y la cantidad en la que quieres que actúe del modo más sencillo posible: con la posición del pedal al mínimo utilizas los controles del pedal para fijar el punto de partida de los parámetros; luego pisas el pedal a tope y fijas la nueva posición de los controles del pedal y listo.
Joaquín García
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