Comparativa Flatwounds bajo
Sorprendentemente, muy pocas veces se ven reviews sobre cuerdas en las revistas especializadas cuando precisamente son las cuerdas uno de los elementos que más influyen en el sonido del bajo eléctrico, así que aquí vamos con algo muy especial: una comparativa de cuerdas planas.
No tengo ninguna duda de que el sonido que sale de nuestro instrumento es un compendio de diversos factores: maderas, electrónica, cuerdas y técnica al tocar (nuestras manos, vaya). Pero a nada que nos paremos a reflexionar, nos daremos cuenta de que las cuerdas son el único de los mencionados factores que puede cambiarse con mayor facilidad e inmediatez, y por tanto el único que nos permite decidir si el sonido de nuestro bajo nos gusta más con una u otra marca, con este o aquel tipo de cuerdas o con un determinado calibre.
LAS CUERDAS PLANAS O “FLATWOUND”
Quizás alguien se esté preguntando por qué hacemos una comparativa de cuerdas planas cuando las entorchadas o “roundwound” se utilizan en una proporción de 9 a 1 con respecto a las “flats”. Pues precisamente por eso, para de esta forma intentar orientar un poco a quienes anden despistados en esta disciplina o a quienes quieran probar su bajo con cuerdas planas por primera vez a ver como suena.
Las cuerdas planas acompañaron a los bajos eléctricos desde el primer Fender Precision en 1951 hasta bien entrados los años 70. Cierto es que Rotosound fue le primera en comercializar, en 1962, las primeras cuerdas entorchadas para bajo eléctrico, a imagen y semejanza de las cuerdas 3-6 de las guitarras, pero ni mucho menos calaron de manera inmediata. Fue un cambio progresivo.
En los últimos años, sin embargo, las cuerdas planas han vuelto a tomar un cierto protagonismo en la escena musical. Muchos bajistas veteranos han “redescubierto” las cuerdas planas, y también un considerable número de bajistas jóvenes las utilizan, de forma permanente o esporádica, para ciertos tipos de bajos y/o ciertos tipos de música.
Y no hablamos solo de bajistas “anónimos”, sino también de músicos actuales tan reputados como Pino Palladino, Sean Hurley, Steve Harris (este nunca dejó de utilizarlas), Ben Kenney, Flea o Bobby Vega por nombrar solo unos pocos, pero la lista de quienes las utilizan de vez en cuando sería muy larga.
Por supuesto, la historia de la música moderna está llena de grandiosos bajistas cuyo sonido estuvo basado, entre otros factores principales, en las cuerdas planas: James Jamerson, Paul McCartney, Joe Osborne, Roger Waters, Pete Cetera, Phil Lesh, Jack Cassady, Carol Kaye, John Paul Jones, y así podríamos seguir hasta aburrirnos de citar nombres. Hoy algunos de ellos ya utilizan cuerdas entorchadas pero otros siguen fieles a sus orígenes.
Las cuerdas planas son el máximo exponente de lo que podríamos denominar el sonido de la “vieja escuela”: profundo, suave y más meloso que con las entorchadas. Los estilos de música donde mejor encajan son el reggae, el blues, el country, el jazz y el rock clásico, aunque un buen número de bandas indies también las han adoptado como seña de identidad del sonido del bajo en sus formaciones.
En cuanto a instrumentos, por supuesto pueden colocarse en cualquier bajo y ver si la respuesta sonora nos gusta o no, pero los bajos que mejor maridan con las “flats”, o al menos los que estadísticamente se llevan la palma de uso, son el Fender Precision (o similares de otras marcas) y los bajos sin trastes (fretless), seguidos de los de tipo Jazz Bass y, en general, cualquier bajo pasivo. En los activos casan peor y, sobre todo, no son capaces de sacar el máximo partido de las posibilidades electrónicas del instrumento.
A la hora de grabar, también tienen sus adeptos porque eliminan el ruido del desplazamiento de los dedos sobre las cuerdas, el bajo se asienta más fácilmente en la mezcla gracias a su concreción y el sonido es más sencillo de controlar porque tiene menos picos, menos dinámica y menos sustain.
Otras ventajas igualmente atribuibles a las cuerdas planas: mucho menor desgaste de los trastes (o del diapasón en el caso de los “fretless” y duran muchísimo más sin perder cualidades tímbricas que las entorchadas. Conozco más de un caso de planas que llevan “toda la vida” puestas en un bajo.
TRES POSIBILIDADES ENTRE DECENAS DE ELLAS
Veamos a continuación las características de tres de los modelos más habitualmente vendidos en el mercado español. Hay decenas de posibilidades más, con diferentes calibres dentro de las marcas y series analizadas, además de otras cuantas marcas más de reconocido prestigio, pero la elección de estas tres alternativas está basada en un criterio de usabilidad y facilidad para encontrarlas en tu tienda habitual.
Por lo que respecta al calibre, he optado por versiones 45-65-80-100. Sé que esta combinación de grosores no es muy frecuente en las cuerdas entorchadas, donde los calibres suelen ser de 40-60-80-100 (calibre ligero) o 45-65-85-105 (calibre medio) pero sin embargo sí goza del favor de quienes utilizan planas. La razón es sencilla y contundente: como las cuerdas planas tienen más tensión que las entorchadas y aportan más profundidad de sonido, muchos bajistas preferimos la 1ª y 2ª cuerdas de calibre medio y la 3ª y 4ª de calibre ligero. Después de muchos años, muchos juegos de cuerdas y muchas marcas probadas, he llegado personalmente a la conclusión de que esta combinación es la más equilibrada y la que más natural hace la transición de cuerda a cuerda en las planas.
Y en cuanto a las marcas, he elegido tres de las más difundidas en las tiendas españolas. Hay otras en el mercado como La Bella, GHS, Rotosound, Thomastik Infeld, Pyramid, etc., pero algunas no se encuentran con facilidad y otras ni siquiera tienen distribución en este país. Lanzo desde aquí una nota de aviso a los distribuidores e importadores para que las incorporen a sus catálogos. Es ciertamente increíble que, a estas alturas, cuerdas de la fama de las Thomastik haya que comprarlas fuera o pagarlas a precio de oro a importadores “sueltos”.
D’ADDARIO CHROMES ECB81
Probablemente sea D’Addario la marca de cuerdas más vendida por estos lares. Tienen una excelente distribución, calidad más que contrastada y siempre precio razonable para lo que zumban otras marcas por las cuerdas de bajo. Y sus Chromes, que así se denomina su serie de planas, no podían ser de otra forma. No tengo estadísticas ciertas, pero por lo que me han comentado algunas tiendas, es muy posible que sean las cuerdas planas más vendidas; desde luego, en los grandes foros americanos, son las que pueden presumir de tener más defensores y fieles.
Y esto es algo que, en cierto modo me sorprende, porque son, de las tres que traemos a estas páginas hoy, las “menos” planas. Me explico: no me refiero a textura al tacto, sino al sonido. De esta comparativa, las Chromes son las más brillantes, las que más agudos aportan. Recién puestas tienen un timbre cuyas altas frecuencias no están muy lejos de las de unas cuerdas entorchadas. Bien es verdad que después de tocarlas un tiempo poco a poco van domándose y desplazándose a terreno “plano”, pero a lo largo de toda su vida siempre mantendrán un punto de brillo superior a las demás. Y esto no es ni bueno ni malo, simplemente diferente, y cada uno tendrá que valorar si prefiere esos agudos que ayudan a realzar el bajo en la mezcla o si, por el contrario, se siente más a gusto instalado en la parte rotunda y cálida del espectro sonoro.
Por lo demás, sonido nítido y concreto, con medios algo enmascarados entre agudos y graves, y bastante tensión, la que más de las tres marcas aquí comparadas. La tensión permite atacar con intensidad las notas, eleva el sustain (algo bastante escaso con cuerdas planas) y direcciona mejor la dispersión del sonido. Como acabamos de apuntar, cuando llevan tiempo puestas, estas características se van perdiendo y las cuerdas van entrando en una dimensión más discreta y se oscurecen un tanto. Otro efecto de la alta tensión es que, si nos gusta la acción muy baja, la tirantez de la cuerda nos permitirá apurar hasta el máximo antes de que trastee, pero por otra parte habrá que estar más atento al mástil, ya que estará sometido a mayor presión y, por tanto, mayor riesgo de que se desajuste su curvatura y haya que rectificarla con el alma.
Hay quien llega a afirmar que son las cuerdas planas que más matices conservan de las cuerdas entorchadas.
ERNIE BALL 2806 FLATWOUND
Un caso curioso el de estas cuerdas. Durante muchos años se parecían tanto a las Chromes de D’Addario que muchos decían que eran las mismas, fabricadas en el mismo lugar y bajo las mismas especificaciones, y que cada marca luego las envasaba con su imagen corporativa. Desconozco si esto era así o si se trataba de una simple coincidencia en el producto. Lo cierto es que hoy ambos modelos sí presentan diferencias, aunque tampoco podemos decir que sean demasiado significativas. ¿Han cambiado de fábrica y cada marca produce ahora en sitios distintos? ¿Ernie Ball ha cambiado las especificaciones de sus cuerdas para apartarse de tal similitud? No tengo ni idea, pero vamos a ver cómo son.
Para empezar, y nada más ponerlas, ya podemos constatar que son menos brillantes. Ojo, no es que no sean brillantes, solo digo que lo son algo menos que las de D’Addario, y esto es innegable. Igualmente que las Chromes, no tardan mucho en ir rebajando esa dosis de “clink” y reposar en frecuencias medias y graves más propias de su condición.
De los tres modelos de cuerdas en comparación, son las que tienen más medios. Estos medios las hacen un poco más gruñonas que las D’Addario, algo que agradecerán quienes busquen un sonido más agresivo (hablamos de matices). Los graves son los que cabe esperar de unas cuerdas planas. A mi oído resultan bastante musicales y las catalogaría como las más todoterreno de las tres. Quizás no pueden recibir un sobresaliente en ningún aspecto, pero una calificación de notable en todo las convierte en “cuerdas para todo” en cuestión de sonido.
Al principio también pueden resultar un poco pegajosas al tacto, debido al recubrimiento que las mantiene frescas antes de ponerlas y luego ayuda a su conservación en estado óptimo, y en gran medida responsable de los agudos iniciales, pero tras unas horas de uso va desapareciendo y pronto deja de ser notado. Tensión media-alta. Quizás, las más desconocidas de las tres en cuestión y las menos vendidas.
FENDER STEEL FLATWOUND 9050L
Fender lleva unos años en los que ha dado un enorme salto cualitativo en sus cuerdas de bajo. Durante muchos años, durante los 90 y parte de los 2000, el bajista las percibía como baratas pero de poca calidad. Sin embargo, los de California hace años que se pusieron las pilas en este aspecto y ahora son una opción muy interesante, porque siguen siendo baratas pero la calidad no tiene nada que envidiar a las de las marcas especialistas en cuerdas. Y sus cuerdas planas son un soberbio ejemplo de lo anterior. Al fin y al cabo… ¡con ellos empezó todo en el bajo!
De los tres modelos, son las más “Old School”, las que más se asemejan a ese sonido de planas antiguo, cálido y profundo de los años 60. Parece que las fabrican pensando en sus tradicionales Precision y Jazz Bass, a los que les van como anillo al dedo.
De todas formas, Fender tampoco se ha olvidado de que los tiempos son otros y las exigencias musicales mucho más variadas y demandantes a veces, y por eso las ha dotado de un brillo que se agradece. No son tan brillantes como las Chromes, e incluso menos que las Ernie Ball, pero tampoco son oscuras como las clásicas La Bella o Pyramid. Tienen un equilibro tímbrico muy bien conseguido, y como su presencia de agudos y “clink” inicial es menor, también he de decir que lo pierden con menor rapidez y que se mantienen muy estables tonalmente a lo largo de bastante tiempo. Luego, como todas las cuerdas, se oscurecen, algo que en cuerdas planas gusta a la inmensa mayoría.
No son tan ricas en medios como las Ernie Ball, pero tienen un poco más de graves y se clavan en la mezcla mejor por la parte de abajo que por la de arriba en lo que a frecuencias respecta.
La tensión es la menor de las tres marcas, sin que podamos catalogarlas de baja tensión, sino más bien de tensión media, y eso se nota al digitar. Esta menor rigidez de las cuerdas no permite atacarlas con la intensidad que admiten, por ejemplo, las Chromes, pero las suaviza y les da un carácter sonoro más redondo y con pegada en graves.
CONCLUSIÓN
Cada una de las tres series de cuerdas planas aquí comentada tiene su propia personalidad, pero por encima de todo, las une un hilo común: las cuerdas planas suenan mucho más parecidas entre sí que si las comparamos con unas entorchadas.
Yo recomiendo que, como no son bajos ni amplis ni pedales, invirtamos un poco de dinero en probar diversos modelos hasta que cada cual se encuentre definitivamente cómodo con lo que le transmitan a sus manos y a sus oídos. Y, a partir de ahí, las mejores serán las que más te gusten.
Jerry Barrios
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