Revista de Bajos

Warwick Rockbass Idolmaker

Warwick Rockbass Idolmaker

Stevie Salas es un guitarrista americano con una larga carrera. Tras más de diez años de relación con la firma alemana Framus, se decidió a diseñar junto con el responsable de producción Marcus Spangler su propio modelo de guitarra y lo denominó Idolmaker, nombre derivado de su trabajo como asesor en el programa “American Idol”.

El pasado 2018, Hans Peter Wilfer, hijo del creador de Framus y actual dueño tanto de esa compañía como de Warwick (la cual fue creada por él en 1982) se animó a sacar un bajo basado en la misma idea, donde dos maderas diferentes se usan para el cuerpo (normalmente arce y caoba), obteniendo como resultado un instrumento de diseño único, con una estética atractiva que combina lo clásico y lo novedoso en un solo instrumento. Tras esa primera etapa donde sólo se podía conseguir el bajo Idolmalker en versión Masterbuilt y Team Built, en 2019 Warwick se ha decidido a sacar la versión asequible, es decir, Rockbass, que es la que hoy analizamos para Bajos y Bajistas

Un primer vistazo confirma exactamente lo que acabamos de decir: percibes una estética clásica que en cierto modo recuerda a un Gibson Thunderbird con un cuerpo asimétrico que ofrece un generoso apoyo para el antebrazo derecho y con un diseño de dos cuernos donde el superior es ligeramente más corto que el inferior. Las dos pastillas de grandes dimensiones con cubierta de metal y el precioso acabado Vintage Sunburst en el cuerpo contribuyen a ese aspecto clásico. Por su parte, la característica pala Warwick de 2×2 con clavijero ergonómico, el uso de puente y cordal separados y, mirando más de cerca, la cejuela ajustable en altura Just-A-Nut III de Tedur, el alma de doble sentido, el diapasón de wenge, así como la presencia de un circuito activo, confirman que se trata de un bajo del siglo XXI y que incorpora algunas de las características que han convertido a Warwick en una de las marcas más aceptadas de los últimos años.

Warwick Rockbass Idolmaker

Seguramente ya sabes que Rockbass es la división made in China de Warwick pero lo que quizás no sepas es que el control de calidad al que se somete la producción que sale de esa fábrica supera con creces a lo que cabría esperar. Warwick tiene claro que con esta línea de instrumentos están cubriendo necesidades concretas de bajistas con menos recursos, pero al mismo tiempo la filosofía de la empresa es que si aparece el mítico logo “W” en la pala del instrumento, el bajista sabe que va a encontrar muchos elementos comunes con los instrumentos que salen de la factoría de Markneukirchen, Alemania. Nos alegra decir que este Rockbass Idolmaker no es ni mucho menos una excepción.

Si bien los modelos Masterbuilt y Team Built combinaban caoba y arce para el cuerpo, en este caso se ha usado únicamente caoba, pero se mantiene el característico corte en la forma del cuerpo que es la seña de identidad de este modelo. Para el mástil de 20 trastes que va atornillado al cuerpo se ha elegido una combinación de arce y ekanga en construcción multilaminada, lo cual aporta estabilidad al mástil. En cuanto al apartado eléctrico, se han montado dos pastillas MEC Single Coil pasivas que no sólo tienen un aspecto muy vintage, sino que también aportan un sonido tremendamente clásico. Contamos además con un previo activo de dos bandas que nos permitirá añadir o eliminar graves o agudos a voluntad según nuestras necesidades y preferencias. Por cierto, se mantiene el mismo acceso súper cómodo a la electrónica sin necesidad de herramientas en la parte trasera del cuerpo al que no tienen acostumbrados los bajos Warwick. En cuanto abrimos esa tapa (sin necesidad de herramientas), nos encontramos con todo un ejemplo de pulcritud en lo que se refiere a la instalación del previo y los potenciómetros, usando la cantidad necesaria de cable y estando todo ello alojado en una cavidad donde se ha aplicado pintura conductiva, dando como resultado un funcionamiento totalmente libre de ruidos.

Una vez descrito el instrumento, pasamos a la mejor parte, que es probarlo. Con un peso más que razonable de 4.3 kg, lo primero que percibimos al ponérnoslo sobre nuestra pierna es que el balance es absolutamente perfecto. Puedes soltar las manos y el bajo no cabecea en absoluto. Esto sorprende bastante ya que si bien el bajo puede recordar un poco a un Thunderbird, bien es sabido que dicho instrumento cabecea una barbaridad. El hecho de que el cuerno superior sea corto (el tope de correa cae nada menos que sobre el traste 17) parecía indicar de hecho que este bajo podría tener un equilibrio pésimo, pero resulta que ocurre todo lo contrario. Sin duda esto es fruto del buen trabajo de diseño de Warwick. La sensación que tenemos es similar a la de un Thunderbird en cuanto a que los trastes altos resultan tremendamente cómodos de tocar, pero en este caso no hay que estirar tanto el brazo para llegar al traste 1, y todo esto se consigue en un bajo de escala larga normal 34”. Sencillamente genial.

El acabado en brillo del cuerpo permite percibir toda la belleza de la veta del cuerpo de caoba, mientras que para el mástil se ha optado por un acabado mate tremendamente cómodo.

Warwick Rockbass Idolmaker cuerpo

Sonando

Pasamos a enchufarlo a un buen ampli y escuchar lo que el Idolmaker tiene que decirnos. Las pastillas MEC son Single Coil pero de gran tamaño, siguiendo un concepto similar al de una pastilla P90, de modo que obtenemos un sonido nítido pero más grande y menos brillante que el que resultaría del uso de pastillas Single Coil tradicionales, mientras que por otro lado tenemos cierto carácter más oscuro que sería más propio de pastillas humbucker. De hecho es un bajo que, con la EQ plana y el balance de pastillas en el centro, ofrece un sonido realmente sólido con un grave profundo, unos medios-graves preciosos y una respuesta en agudos realmente suave y que da la sensación de estar ligeramente atenuada, como si ya estuviéramos usando un control de Tono pasivo a mitad de su recorrido. Sin duda es un bajo de sonido clásico y potente y la verdad es que nos parece más que acertada su respuesta de agudos tan discreta ya que cada nota se define perfectamente pero todo parece quedar en el terreno de lo que se espera casi siempre de un bajo. Si lo que buscas es un sonido moderno, percusivo y con mucho detalle en agudo, este no es tu bajo. Sin embargo si lo que necesitas es un bajo de carácter rockero y que siempre esté en el terreno cálido, el Idolmaker te va a encantar.

Aprovechando que para este número de Bajos y Bajistas hemos analizado también el previo Fender Downtown Express, no nos hemos podido resistir a pasar el Idolmaker por dicha unidad. El resultado es fantástico, sobre todo al usar el Overdrive ya que la combinación de estas pastillas de sonido más bien oscuro se lleva de maravilla con el circuito de saturación y la simulación de altavoz del previo Fender. Incluso usando un equipo moderno como es un cabezal y pantalla Epifani ultra limpios, obtenemos un sonido tremendamente clásico y lejos de cualquier tipo de estridencia. Sinceramente, podríamos quedarnos horas usando este sonido y recreando líneas clásicas de rock de toda la vida, ya sea con dedos o con púa.

Conclusión: si buscas un bajo de corte clásico, sonido cálido, potente y sin estridencias y además quieres que esté perfectamente equilibrado para que tocarlo sea una experiencia tremendamente cómoda, te recomendamos que pruebes un Warwick Rockbass Idolmaker cuanto antes porque puedes haber encontrado tu bajo ideal y todo ello por un precio más que razonable.

Joaquín García

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