Hartke Hydrive 210 C
Sin duda, Hartke se ha ido abriendo con los años un hueco, un enorme hueco diría yo, en el mundo de la amplificación para bajo. El éxito y la popularidad rara vez llegan por las buenas, y en esta caso en concreto se deben a la combinación de varios elementos que la gente sabe apreciar y valorar: precios súper competitivos, diseño atractivo, búsqueda constante de nuevos caminos e innovaciones que ofrecer y un marketing efectivo que genera en mucha gente una corriente positiva hacia la marca. Y por supuesto, que suenan bien.
Lo de los precios es poco opinable, os invitamos a que comparéis con otras marcas que ofrezcan productos similares y equiparables y confirmaréis esta realidad. Lo del diseño atractivo es más opinable, pero desde luego muchos coincidiréis conmigo en que sus construcciones son robustas y sus estéticas combinan elementos visuales tradicionales y modernos que en general gustan a casi todo el mundo.
Un poco de historia
Sobre las innovaciones, baste decir que su larga trayectoria de investigación se remonta a finales de los 70 cuando Larry Hartke empezó a trabajar con prototipos de conos de aluminio. El marketing de la marca ha acercado mucho el nombre a los bajistas, hasta tal punto que Larry Hartke hizo público su número de teléfono móvil para que los bajistas pudiesen llamarle y preguntarle lo que quisieran, campaña que sigue vigente y puede constatarse en la web.
Y por último, que suenan bien parece también demostrado sabiendo que en 1984 fueron la elección de Jaco Pastorious durante una temporada, en 2005 Jack Bruce optó por la marca para la reunión de Cream y, entre medias, bajistas como Marcus Miller, Darryl Jones, Will Lee y recientemente Billy Sheehan, por citar algunos, tocan o han tocado con Hartke.
Fue precisamente el hecho de que Jack Bruce decidiera combinar para el concierto de reunión de Cream dos pantallas con conos tradicionales de papel con otra con conos de aluminio lo que llevó a Larry Hartke y a sus ingenieros a plantearse que esto, que ya era una práctica habitual entre miles de bajistas que tocaban con Hartke en todo el mundo, necesitaban un paso más allá, una respuesta por parte de la marca. Los conos HyDrive son una vuelta de tuerca más, un avance significativo, en la carrera emprendida hace ya muchos años por la marca americana en la innovación del material de los altavoces para bajo, ya que constituyen la fusión del papel y el aluminio en un altavoz que ofrece lo mejor de ambos mundos: el sonido cálido del cono de papel tradicional y el ataque y la pegada del aluminio, además de ser únicos en el mundo.
La configuración consiste en utilizar papel en el perímetro exterior del cono para reforzar las frecuencias más graves con mayor profundidad y calidez y aluminio en el perímetro interior del cono para obtener unos medios y agudos más penetrantes y presentes en la mezcla sin que ello signifique agresividad al oído.
La relación peso/potencia es otra de las ventajas de estos altavoces HyDrive, ya que pesan un 40% menos que los altavoces tradicionales, consiguiendo una liberación de potencia que no tiene rival en el mercado. A este peso inferior, así como a un manejo de potencia más fiable, contribuyen también los imanes de neodimio que completan el altavoz.
Hemos empezado este artículo de prueba de forma poco ortodoxa, por los altavoces en lugar de hablar, como tradicionalmente hacemos primeramente, de la parte electrónica de previo y etapa de potencia, pero es que como son los altavoces el núcleo vital del combo que hoy aquí analizamos, nos ha parecido imprescindible definir en primer lugar su personalidad inequívoca en base a los elementos que la conforman, porque el resto ya es más tradicional y esperado en un combo de estas características.
Construcción
Empezaremos por decir que según reza la información recibida por Hartke, en el diseño de este combo también participó Stu Hamm, tanto en opiniones previas como en las pruebas durante su desarrollo y de los prototipos.
La construcción es sólida, con un magnifico acabado en vinilo y un frontal con los controles de aluminio que tiene todo el aspecto de resistir todos los duros envites de sacarlo a tocar con frecuencia. Como ya viene siendo característico en la marca, cuenta con la prestación Kickback, que permite su inclinación hacia atrás de modo que queda apoyado sobre el suelo (o sobre donde esté) en ángulo a modo de cuña de monitor, favoreciendo así notablemente la proyección y direccionalidad del sonido.
Además de los dos conos HyDrive, monta un tweeter de alto rendimiento que puede anularse o amortiguarse mediante un selector en el panel posterior en caso de no querer profusión de agudos en el sonido.
Canales y controles
Vamos ahora con la descripción de los paneles frontales y posterior y sus controles y conectores. En el panel frontal, de izquierda a derecha encontramos una entrada de jack única, válida para recibir igualmente bajos activos como pasivos, de modo que regularemos la señal de entrada con el primero de los controles, el de nivel, que es también el control de volumen general. Curiosamente, no recuerdo cuándo fue la última vez que vi un amplificador de bajo que no tenga controles de Ganancia para regular el nivel de entrada y Master para regular el control de salida. Pero este combo está diseñado para actuar sobre el volumen de la señal con un solo control y se deja a cargo de la sección de Overdrive Bass Attack, que veremos más adelante, el efecto saturación que normalmente se puede conseguir con una amplia apertura de la ganancia en otros amplificadores. A continuación, un compresor de control único, lo cual limita su capacidad de configuración. Sinceramente yo soy poco amigo de estos compresores que montan muchas marcas en los previos de sus amplis de bajo. Y no porque no sean de calidad, que lo son muchas veces y éste es uno de esos casos, sino sobre todo porque la compresión no es un incidencia tan simple sobre el sonido como para solventarla con un control giratorio único. ¡Qué menos que un control de relación y otro de umbral! Es como si la sección de ecualización la resolviésemos con un único control de tono como el de un Precision. Para mí, la compresión requiere al menos un buen pedal, de ahí para arriba, pero para quien lo único que pretenda sea introducir un matiz de compresión muy leve y estandarizado, ahí está la posibilidad en este combo.
La siguiente sección es la llamada función “Shape”, que no es otra cosa que un recorte de medios a favor del realce de graves y agudos. Esta “ecualización preestablecida” es algo cada vez más usual en amplificadores de bajo de un cierto nivel, lo que pasa es que cada marca lo denomina de una forma, pero en realidad es lo mismo básicamente en todas. SWR lo llama “aural enhancer”, Markbass filtro VPF, otras muchas lo llaman “contour”, etc. Lo único que aquí sí que nos llama la atención, porque supone un mayor control de la función que ya no es tan habitual encontrar, es la posibilidad de seleccionar la frecuencia de medios donde se va a centrar el enmascaramiento, lo cual es sumamente útil y permite conformar el sonido de forma precisa. A mí particularmente me resulta de gran utilidad, la uso con mucha asiduidad y en numerosas ocasiones es la única ecualización que manipulo en el ampli para dar forma a mi sonido junto con los controles de tono de mi bajos si estoy tocando con uno activo. Personalmente me va muy bien reducir medios para tocar con púa, hacer slap o no enredarme entre las frecuencias ocupadas por las guitarras.
La sección que viene a continuación es otras de las estrellas de este combo: Bass Attack Overdrive. Se trata de un circuito de saturación, simulador de la saturación de válvulas en sus ajustes más discretos y más allá aún si se pretende, con la posibilidad de graduar los armónicos (sencillamente la cantidad de distorsión) y el brillo (o la no pérdida de graves por culpa de la distorsión) además de permitir el control de la mezcla entre el sonido limpio y el saturado. Magnífica herramienta para junto con la función Shape moldear el sonido de nuestro bajo con un sinfín de posibilidades interesantes. Ambas secciones, Shape y Bass Atack Overdrive, son activables y desactivables mediante un pedal que se adquiere aparte del combo.
Y lo que queda ya es la parte de ecualización tonal pura: primero un ecualizador de 7 bandas, que son muchas para un combo, que apreciarán todos aquellos que trabajan su sonido hasta casi esculpirlo; y después unos simples controles de graves y agudos, que no por sencillos dejan de ser importantes, porque son muy sensibles, están muy uniformemente nivelados en su recorrido y para quienes solamente deseen o necesiten una ligera corrección tonal, son más que suficientes y recomendables, sin necesidad de tener que ponerse a trabajar sobre el ecualizador que siempre es una tarea más compleja y que no siempre nos termina resultando de utilidad para alcanzar objetivos.
En el panel posterior: receptáculo del cable de corriente, salida de altavoz que baja hasta 4 ohms para conexión del cable que va a los conos, ventilador que solamente se enciende cuando así lo requiere la temperatura de la etapa de potencia, jack de conexión del pedal controlador opcional, conmutador de tierra para posibles ruidos de masa, salida directa balanceada con selector pre y post EQ para envío a mesa de directo o grabación, lazo de efectos y una practiquísima entrada auxiliar con conectores RCA para poder introducir cualquier fuente de audio externa (mp3, Cd, etc.). La única pega que puedo ponerle a este gran combo de Hartke es que no sea posible colocarle una pantalla de extensión. Evidentemente esto no es algo en lo que no hayan pensado a la hora de diseñarlo, ya que cuando un combo tiene esa salida extra es habitualmente para extraer toda la potencia del amplificador bajando la impedancia con la conexión de una segunda pantalla, algo que aquí no hace falta porque toda la potencia se libera ya con los propios conos HyDrive del combo. Pero el aumento de potencia no es siempre la única razón por la que se puede querer conectar una pantalla de extensión, ya que en muchas ocasiones también hay motivos tímbricos, como por ejemplo combinar los altavoces de 10 pulgadas del combo con uno de 15 pulgadas de la pantalla de extensión o viceversa. Pero simplemente aquí no es posible. Lo que si es posible es conectarle una pantalla distinta a sus propios altavoces, pero desconectando éstos, puesto que a la vez no pueden conectarse. También en el panel posterior encontramos el atenuador/desactivador del tweeter.
Sonido
Empezaremos por hablar de la potencia y del volumen, cosa que siempre me preocupa y de la que siempre dudo cuando me enfrento a un combo “desconocido”. Desde luego, uno de los puntos críticos de los combos es tener la potencia suficiente para hacerse oír en la mezcla de la banda en cualquier situación de directo tanto en ensayos como en actuaciones. En teoría, todos los que superan los 150 watts y tiene un cono de 15” o dos de 10”, son capaces de ello, pero sólo en teoría. No es la primera vez, ni lamentablemente será la última, que un combo se queda corto y nos obliga a forzar al máximo la ecualización y el volumen para abrirse paso en la banda, con el consiguiente deterioro de nuestro sonido. Pero con este Hartke se puede ir por la vida musical bien tranquilo. Hay potencia de sobra, lo cual pude perfectamente corroborar en un ensayo con mi banda de versiones, esta vez en formato quinteto (peleando contra dos guitarras, un teclado y un batería) y luego en directo en un club sin PA, es decir, con todos tocando a pelo. “No problem” que diría el propio Larry Hartke, y si hubiese necesitado más volumen lo habría tenido. 250 watts volcados sobre estos conos de alto rendimiento son potencia a raudales, que se escucha y se hace presente.
Hablemos ahora de calidad, claridad y tono. Los altavoces ya los presentamos al principio del artículo, y junto con lo que hemos ido analizando del preamplificador, es fácil imaginarse que la cosa va a pintar bien, como así es. En cuanto lo enchufé, lo primero que hice fue, con todo plano, desactivar el tweeter, porque me llegaban suficientemente las frecuencias altas a través de los propios conos gracias a su franja de aluminio y porque nunca me ha gustado el siseo que producen los tweeters, que en este combo me pareció excesivo.
Me llamó enseguida la atención, y seguimos con todos los controles planos, la impresionante claridad del sonido. Todo llegaba a mi oído de forma nítida y concreta. Pero como uno ya peina canas y se crió en la vieja escuela del rock, la mano se me fue rápidamente a los graves, que subí para sentirme más identificado con lo que a mí me gusta. Y ahí estaban, con un leve giro del control, aparecieron en cantidad suficiente como para poner el sonido amplificado de mi bajo (un Fender Precision Pino Palladino) calentito y redondo. De momento, el ecualizador gráfico ni tocarlo.
Lo que hice a continuación fue seleccionar una frecuencia de medios central y activar la función Shape, y ya tenía lo que quería: tono rockero, profundo y limpio a la vez, con pegada y presencia. Entonces pensé: estos conos son un descubrimiento. Pero quise ver qué pasaba si quería ese punto de saturación valvulera que tan bien le viene a un Precision, así que activé el Overdrive Bass Atack de forma muy moderada en todos sus controles y lo conseguí. Ya no quería más, no necesitaba más, porque el bajo sonaba tremendo, como a mí me gusta. Pero como lo que tenía que hacer es contaros más cosas, y no lo que a mí me gusta o me deja de gustar, pues cambié de bajo, cogí mi Sadowsky NYC Ultravintage y me puse a recorrer todas las demás funciones. Eso significó que poniendo a actuar el compresor, trabajando el ecualizador gráfico con meticulosidad y llevando la sección de Overdrive a terrenos más exagerados que la simple saturación de válvulas, hice un recorrido de enorme amplitud por todos los espectros sonoros que se puedan imaginar. Graves muy graves, agudos muy agudos, y entre medias pues casi de todo, además de distorsiones, muchos medios si se utiliza el gráfico y niveles de compresión estándares pero válidos en ciertos casos sin demasiadas pretensiones de ajuste.
Conclusiones
A veces, cuando llego al final, me resulta muy difícil escribir algo más de lo ya escrito, porque todo está dicho, o eso me parece a mí. Pero para cerrar, volveré a reiterar que los conos HyDrive son una interesante innovación en el mundo del bajo, que este combo tiene muchas posibilidades y suena estupendamente, lo cual lo convierte en versátil y válido para cualquier estilo de música, sobre todo en claridad y articulación del sonido, que tiene potencia de verdad y que su precio, no muy por encima de los 600 euros, es otro de los atractivos. No se deduzca de mis palabras que no se puedan comprar combos de mayor calidad, pero desde luego en este rango de precio será una tarea nada fácil. Solamente excluiría de mi recomendación de prueba a quienes tengan en mente utilizar una pantalla de extensión con él, porque no lo permite, o a quienes busquen un sonido denso y clásico, porque entonces la claridad y ataque del componente de aluminio de los conos puede causarle alguna decepción. Para el resto de los mortales bajistas, recomiendo probarlo si hay oportunidad.
Jerry Barrios.
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