Hartke HD150
Hartke es una marca que lleva en el mundo del bajo desde mediados de los años 80, en concreto desde que en 1984 construyó su primera pantalla nada menos que para Jaco Pastorius. Y la primera reflexión no puede ser otra que pensar que muchas cosas habrán hecho bien para mantenerse durante tantos años. Vamos a ver qué tienen que ofrecernos para 2015.
La innovación fue siempre su bandera principal, y la primera sorpresa que dieron fueron sus conos de aluminio. Durante mucho tiempo fueron la novedad en los escenarios de medio mundo, y grandes bajistas como Jack Bruce, Tom Hamilton, Stu Hamm, Victor Wooten, David Ellefson, Frank Bello o Billy Sheehan han tocado o tocan con amplificadores y pantallas de esta marca americana. Personalmente puedo deciros que en mi trayectoria profesional he tenido la oportunidad de tocar con ellos en muchas ocasiones (porque he tenido un par de ellos en propiedad y porque en muchos sitios donde he ido a tocar eran parte del backline), y siempre me han parecido excelentes. Nunca diré que son los mejores porque sería faltar a la verdad, pero sí afirmo que su relación calidad-precio es siempre satisfactoria, que son duros como rocas y que siempre se toca a gusto con ellos. Son de los mejores si tenemos en cuenta lo que cuestan y lo que ofrecen.
Cierto es que después de sus épocas de grandes aportaciones y de la campaña de marketing que hicieron en 2006 y años posteriores, en la que el propio presidente de la compañía, Larry Hartke, daba su número de móvil para que los usuarios le llamasen para hablar con ellos personalmente, la marca llevaba unos años un poco “apagada”.
Pero hace ahora un año, en el NAMM Show de 2014, presentaron una nueva serie de combos fabricados en Asia de la que traemos a estas páginas el modelo más alto de gama, el HD150. Después del verano empezaron a llegar a las tiendas de nuestro país y ahora ya es fácil verlos en muchas de ellas. La estrella de esta serie es su altavoz HyDrive, patentado por Hartke y con una configuración híbrida (mitad aluminio, mitad papel) que le proporciona lo mejor de los dos mundos: un ataque y una pegada más que notables, pero manteniendo el tono cálido y redondo que un bajo necesita como identidad del instrumento. La gama se compone de 5 modelos: HD15, HD25, HD50, HD75 y HD150. Como es habitual, la numeración de cada modelo hace referencia a los vatios que entrega. Decidimos pedir al importador para España una pieza del HD150 por probar la joya de la corona de esta serie, ya que los modelos de inferior potencia están destinados más a la práctica o grabación, y el que hoy analizamos a los ensayos y directos en recintos no muy grandes.
Diseño y construcción
Según rezan las explicaciones oficiales de la marca, el diseño del HD150 Bass Combo es completamente nuevo. A primera vista llaman la atención un par de cosas: su tamaño compacto y su diseño estilizado donde resaltan la sobriedad y las líneas rectas. También resulta evidente en una rápida inspección ocular que los materiales de construcción son de calidad y que está hecho para durar y para tocar con él sin remilgos.
Me gusta también que todo el panel de controles esté dispuesto en la superficie y no en el frontal, porque eso se traduce, en un combo que descansa sobre el suelo a no mucha altura, en mejor visibilidad y mayor facilidad a la hora de manipular controles y ecualización, y de realizar conexiones. También contribuye al ahorro de espacio.
Todo el acabado exterior es de vinilo sintético granulado, que es la opción más limpia y resistente. A ver si aprenden otros fabricantes de “primera” que siguen insistiendo en revestir sus combos y pantallas con moqueta, que además de no aportar más elegancia estética, es sucia, se pega en ella toda la porquería, es difícil de limpiar y se despelucha. Las esquinas están protegidas con esquineras metálicas y, otro gran detalle, incorpora ruedas que hacen sumamente cómodo su desplazamiento.
La rejilla frontal es metálica y negra, elegante y muy protectora para el altavoz. Además, como el entramado de la rejilla es de muchas y pequeñas perforaciones, la protección alcanza el máximo, ya que es muy difícil que por ella se pueda introducir ningún objeto que dañe el cono del altavoz.
Para terminar con los elementos constructivos, cuenta con dos asas laterales que permiten llevarlo en vilo con dos manos o entre dos personas, si nos resulta más sencillo (no tiene un peso excesivo pero tampoco es una pluma). También agradecemos a Hartke que no haya plantado un asa en el panel superior, como hacen otros, que siempre limita a una persona y una mano el transporte del combo.
El altavoz
Ya se ha dicho que su altavoz de 15 pulgadas merece mención aparte, porque es el verdadero corazón con el que late este combo. Hartke, marca que en su día revolucionó el mercado con la introducción de los conos de aluminio en los altavoces de bajo, ha dado en los últimos tiempos una vuelta de tuerca a este concepto gracias a sus altavoces HyDrive híbridos, con la mitad del cono de papel y la otra mitad de aluminio. Pese a que era una evidencia que el aluminio incrementaba la pegada y el ataque del sonido de forma sobresaliente, también lo era que parte de los fundamentales de un sonido de bajo, el componente más grave y profundo, perdía cuerpo y solidez. Y este altavoz hace que convivan ambos perfiles sonoros, ofreciendo lo mejor de cada uno de ellos. Con seguridad, esto abrirá la marca a quienes no contemplaban el aluminio como opción y reforzará los recursos tonales de quienes gustan del aluminio en sus equipos. El combo cuenta también con un tweeter de 1 pulgada para la reproducción de las frecuencias más altas.
Algo que no se ve pero que el fabricante insiste en comunicar, dada su importancia, es que el HD150 lleva incorporado un limitador interno que asegura un funcionamiento seguro del amplificador sea cual sea el nivel de rendimiento que le exijamos.
Controles y conexiones
Todo está al alcance de la vista y de la mano en el panel de controles y conexiones orientado hacia arriba. Solo hay que detenerse un momento a mirar y pensar para darse cuenta de que los diseñadores de Hartke han tenido una cosa muy clara: “pongamos todo lo que un bajista necesita para dar forma a su sonido, añadamos los elementos prácticos que se imponen hoy en día y olvidemos lo que es superfluo”.
Curiosamente, vamos a empezar por lo que no tiene. No tiene conmutador para bajos activos y pasivos porque eso lo puedes regular con el volumen; no tiene ganancia porque cuando el previo es puramente de transistores, sin ninguna válvula ni simulador o modelador virtual de válvulas, es redundante con la función del volumen; no tiene salida de afinador porque muy poca gente hoy en día utiliza un afinador de “sobreampli”, ya que imperan los pedales en la cadena de la señal o los de pinza en la pala del instrumento; no tiene volumen para regular la señal de la salida directa DI porque así el técnico recibe una señal fija y en la mejor de las condiciones, que para eso está él, para trabajar con la señal en la mesa; y no tiene regulador de mezcla del bucle de efectos porque para eso ya configura cada cual su sonido en sus pedales o unidades de rack. La experiencia me dice que nada de lo anterior suele utilizarse demasiado, por no decir casi nunca. Y esto es lo que debieron pensar los ingenieros de la marca a la hora de optimizar el espacio. Todo lo anterior está muy bien para un super ampli donde ni el espacio o el presupuesto son un límite. Pero aquí había que dejar sitio a lo que realmente se necesita.
¿Y qué se necesita? Pues además de una entrada para el instrumento y un volumen general (¡hemos descubierto la pólvora!), lo más decisivo es la capacidad de dar forma al sonido. ¿Con qué? Pues para empezar, con una buena ecualización lineal: graves, medios y agudos. Estos tres controles funcionan suaves y tienen un recorrido muy uniforme, sin grandes escalones y con resultados muy válidos. Serán suficientes para la mayoría de los bajistas y de las ocasiones. Pero ¿y si queremos más? ¿Y si somos tan meticulosos que necesitamos ser más finos con los ajustes o pormenorizarlos por bandas del espectro de frecuencias? Pues, nada hombre, con todo el sitio que nos hemos ahorrado en lujos de poco uso, plantamos un ecualizador gráfico de 7 bandas y a correr. Esto sí que es un lujo, pero un lujo útil. En un combo de precio súper-asequible es casi impensable. Pues aquí lo tenemos. Es versátil y de mucha calidad, así que con él podrás poner el ojo en un sonido y afinar la oreja y las manos sobre el ecualizador gráfico para conseguirlo. En combinación con la ecualización lineal, ofrece un potencial enorme para lograr lo que te propongas en cuestión de timbre.
Por lo que respecta a las conexiones, tenemos un bucle de efectos con envío y retorno; una entrada auxiliar que posibilita la conexión de un reproductor externo cuya señal se reproducirá a través del combo (algo muy útil para practicar con canciones, cajas de ritmos o para acompañarse de grabaciones de base con otros instrumentos); salida directa DI para mesa; y salida de auriculares. Como vemos, ni una sola concesión a lo que no sea de uso frecuente y para trabajar el sonido.
Sonido
El sonido del HD150 es realmente bueno. Siempre digo que explicar un sonido es una tarea a la que no me gustaría tener que enfrentarme cada vez que escribo, porque no hay ocasión en que no me quede con la sensación de que no estoy describiendo lo que oigo, pero no me queda otra.
Como mandan los cánones, aquí va la primera impresión con toda la ecualización plana: timbre claro, pegada de las buenas y graves sólidos. Es un sonido muy fundamental, sin personalidad añadida, lo que es formidable y deseable en un amplificador para bajo, porque para eso está toda la ecualización, que en este caso no es poca. Y si empezamos a trabajar tanto con la ecualización lineal como con la paramétrica, entonces los límites casi no existen. No hay en el mercado muchos combos en este rango de precios con una ecualización tan completa y poderosa, si es que hay alguno. Desde luego, no tengas ninguna duda de que cualquiera que sea la ecualización que busques la encontrarás, con unas capacidades de ajuste bárbaras. Ahora, eso sí, necesitarás dedicarle un poco de tiempo y no hacerlo a lo loco, porque cuando algo ofrece muchas posibilidades también requiere trabajarlas con esmero. Si buscas “tu sonido”, lo encontrarás, y si no lo encuentras, me temo que tendrás que mirar hacia otro lado que no sea el amplificador. Incluso me atrevería a decir que, a pesar de que la pléyade de bajistas famosos que tocan con la marca son generalmente rockeros, el HD150 también puede desenvolverse con facilidad en el mundo del funky o del jazz. De hecho, tango algunos amigos que tocan con Hartke y están más del lado de la sutileza que de los truenos.
Después de probarlo en el local de ensayo quise reforzar mis sensaciones con una tentativa en directo y me lo llevé a un bolo en una sala donde caben unas 200 personas. Sobre el escenario me encontré más que a gusto, con potencia y calidad de sonido suficientes para escucharme bien entre dos guitarristas, un teclista y un batería, y el técnico de sonido me tuvo que pedir en un par de ocasiones que me bajase un poco porque si no era prácticamente imposible abrir el canal del bajo en la mesa para sacarlo por el equipo de PA. Esto habla claramente de cómo empuja este combo, y sobre todo, su altavoz, que es una joya.
Además, no olvidemos que estamos ante un solo altavoz de 15 pulgadas. Aunque es mi configuración preferida si tengo que elegir entre un “quince” o dos “dieces”, bien es verdad que hay quien con un “quince” echa en falta algo de pegada en medios y refiere exceso de graves. Esto es historia con el altavoz HyDrive híbrido de Hartke, porque la pegada la aporta el aluminio por un lado (¡y de qué forma!), y por otro el papel mantiene el cuerpo y el fundamento en graves que se espera de un altavoz grande. Así pues, como dijimos más arriba, lo mejor de los dos mundos.
Conclusiones
El HD150 es un combo magnífico para ensayos y actuaciones en salas y escenarios pequeños o medios. Para mí, la mejor forma de medir la potencia de un combo es tocar junto a un batería y comprobar si se abre camino sin problemas o si el volumen acústico de la batería lo tapa. Y este no se arruga, puede convivir perfectamente con una batería tocada con contundencia y hacerse escuchar sin gran esfuerzo. Tiene de todo: buen sonido, potencia (150 vatios de verdad, de los que rinden), versatilidad, funciones y conexiones prácticas y profesionales al mismo tiempo, y se vende a un precio inferior a los 400 euros en las tiendas. Bueno para muchas cosas, puede ser tu combo de trabajo, de ensayos y de directos. Si estás empezando, lo harás de capitán general y si eres veterano, no te faltará nada. Me alegro de que Hartke haya vuelto a la primera línea de combate, porque siempre me pareció una marca seria y preocupada por ofrecer productos buenos a precios difíciles de igualar.
Jerry Barrios
Un comentario en
David31 el 28 agosto, 2017 a las 3:37 pm:
Buen comentario , me abrió mas el panorama del producto ya que es la primera ves que lo uso , sumado a eso que también tengo que trabajar con un pre.amp y la ecualización del bajo jaja , pero como decías , ahí que ser pacientes para encontrar el sonido deseable … mil gracias
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