Sistemas de pica para contrabajo
Una vez más analizamos para Bajos y Bajistas accesorios que vienen a hacernos más fácil la vida a todos los que tocamos el contrabajo. En este caso se trata de dos sistemas de picas que nos van a permitir darle inclinación a nuestro instrumento.
Tradicionalmente las picas de los contrabajos han sido siempre de madera y de altura fija, pudiéndose cambiar por otras de diferente altura en función de la altura del intérprete. En el siglo XX se popularizó la pica de metal telescópica que hoy vemos como la más habitual, aunque sigue habiendo bajistas que prefieren una pica de madera fija y que aseguran que produce mejor sonido (al fin y al cabo es la pieza que conecta la caja de resonancia del instrumento con el suelo). Sin embargo por aspectos prácticos las picas metálicas telescópicas llevan décadas como estándar.
En la década de 1980 el luthier alemán Horst Grunert creó una pica metálica inclinada a petición del contrabajista francés François Rabbath y desde ese momento las ventajas de una pica que permite inclinar el contrabajo y cambiar su posición relativa al músico se hicieron evidentes. Poco después el luthier francés Christian Laborie, que es quien fabricaba los instrumentos de Rabbath, comenzó a incorporar picas de madera cónicas insertadas en un nuevo agujero cónico practicado un poco mas atrás de lo normal.
¿Por qué darle inclinación al contrabajo? Como es bien sabido, hay muchos enfoques y escuelas a la hora de adoptar una posición óptima con el instrumento. Se puede tocar de pie o sentado y en ambos casos hay todo tipo de tendencias en cuanto a la altura e inclinación del mismo.
La escuela de Gary Karr por ejemplo aboga por un instrumento totalmente vertical, mientras que la escuela de Francois Rabbath opta por lo contrario. De entrada diremos que esto es totalmente personal y que no se puede afirmar que haya “mejor o peor” pero hay numerosos motivos para adoptar esta posición.
De entrada el punto de contacto del arco con las cuerdas es mucho mejor ya que el arco cae desde arriba, lo cual mejora el sonido y facilita la técnica. La idea detrás de todo esto es conseguir una posición similar a la que tienen los cellistas al tocar su instrumento, de modo que todo el peso del brazo cae de forma natural sobre la cuerda, aprovechando la fuerza de la gravedad.
Puede parecer un pequeño cambio, pero en realidad es una gran revolución. De hecho tiene todo el sentido del mundo ya que cuando se nos pide que al tocar con arco pongamos más peso para conseguir más sonido, usar la fuerza de la gravedad (como se hace en el violoncello) es una ayuda enorme y que consigue resultados desde el primer momento. Sin embargo, si nuestro instrumento está menos inclinado o incluso casi vertical, conseguir ese peso va a ser mucho más difícil y costoso.
Otro motivo importante es el puramente físico. En la posición vertical normal si tocamos de pie tenemos el contrabajo mucho más cerca del pie izquierdo que del derecho y eso acaba pasando factura. Además con el objetivo de acceder mejor a la octava aguda, debemos poner el contrabajo más alto de lo que sería ideal. Sin embargo al tenerlo inclinado hacia nosotros podemos bajar el punto de gravedad y acceder tanto al registro grave como agudo con menor esfuerzo.
Algunos contrabajistas optan por tocar siempre sentados, pero a largo plazo esa posición con las rodillas levantadas acaba pasando factura y además bloquea toda la parte central del cuerpo, que es la que está diseñada para soportar peso. Al final los problemas de espalda aparecen. De nuevo la pica inclinada viene a mejorar el equilibrio y la ergonomía cuando tocas sentado, quedando todo al alcance de la mano y aprovechando mucho mejor la fisionomía del intérprete.
Lo habitual hasta ahora es que cuando un contrabajista decide que quiere darle esta inclinación el instrumento debe llevárselo a un luthier para instalar una pica en ángulo, practicando para ello un agujero e instalando una pica fija de la altura que desee.
El problema es que no todo el mundo está dispuesto a hacer esta modificación con la correspondiente obra, o sencillamente quiere probar la posición inclinada de modo temporal. Ahí es donde entran los dos sistemas que analizamos hoy.
Lammax Endin
Este sistema está hecho por el luthier canadiense Mario Lamare y consiste en un inteligente y sólido sistema que incluye un nueva base de fijación de pica al cual se añade una sólida pieza de aluminio que aloja una parte con una pica telescópica que puede variar el ángulo.
La instalación de la base de la fijación de la pica es recomendable que la haga un luthier ya que puede que no coincida con el diámetro de la que lleva tu contrabajo de serie, pero es una operación muy sencilla en realidad. Una vez hecho eso, puedes experimentar con diferentes tipos de inclinación y altura de la nueva pica, pudiendo adaptar el sistema según tu altura, preferencias o bien para tocar de pie o sentado.
Una ventaja de este sistema es que puedes seguir usando una pica normal, de modo que podrías optar por posición inclinada o vertical según prefieras en cada momento. El sistema Lammax se puede quitar totalmente de modo muy sencillo y volverse a instalar en segundos en el caso de que prefieras viajar con tu instrumento sin el accesorio instalado.
Rob Endpin
Este es un sistema similar hecho en Alemania por el luthier Rob Anzelloti y consiste en una pieza metálica alargada muy sólida que tiene una serie de agujeros.
En el agujero de un extremo va una pieza metálica que sustituye a la pica de tu contrabajo, de modo que para instalar el sistema sólo tienes que sacar la pica de tu instrumento (suponiendo que sea extraíble, aunque si no lo es cualquier luthier la puede quitar) y colocar esta nueva pieza.
Tenemos luego una segunda barra corta con un tope de goma que hará contacto con la base del contrabajo para que no gire el sistema sobre sí mismo y por último tenemos la nueva pica que se inserta en el sistema con hasta tres ángulos diferentes posibles. Esto nos permite conseguir la inclinación que deseemos así como la altura correcta.
Si el sistema Lammax era poco invasivo, este lo es aún menos ya que no requiere modificación alguna.
Conclusión
Nosotros somos unos auténticos convencidos de las ventajas de la posición Rabbath. La adaptación a una posición inclinada es casi inmediata y las ventajas son patentes desde el primer día.
Así pues, te recomendamos sin ningún género de dudas que pruebes cualquiera de estos dos sistemas. El hecho de que ninguno implique apenas obra o modificación en tu instrumento y sean no permanentes es algo que nos gusta especialmente, sobre todo porque podrías seguir usándolos cuando cambies de instrumento.
Joaquín García
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