True bypass
En los últimos años, especialmente a raíz de la explosión de productos considerados de “boutique”, se le ha concedido una gran relevancia al concepto true bypass a la hora de valorar positivamente un pedal. De hecho, ha calado entre los usuarios –cada vez más exigentes- la sensación de que es un requisito casi imprescindible a la hora de adquirir un pedal de los considerados de gama alta. ¿Realmente es así? Vamos a tratar de aportar algo de luz sobre el tema.
¿Qué significa True Bypass?
Cuando pisamos el pulsador de un pedal para ponerlo en marcha, todos tenemos claro que la señal de nuestro instrumento está pasando a través de un circuito eléctrico. Este circuito modificará la señal en función de los controles de los que disponga el pedal. Obvio. Pero, ¿Qué ocurre cuando apagamos el pedal? Aquí comienzan las dudas.
La situación ideal sería que nuestra señal entrase y saliese del pedal sin verse en absoluto afectada por lo que haya en su interior. En otras palabras, que esa señal no interaccione en ningún sentido con el circuito del efecto mientras éste no esté conectado. Desgraciadamente, esto sólo es así cuando el pedal es realmente True Bypass.
Durante muchos años, el standard de la industria a la hora de conectar/desconectar los pedales de efectos ha sido (y continúan siéndolo) los pulsadores de un solo circuito. Al emplear este tipo de dispositivos no es posible conmutar a la vez la señal de entrada y la de salida, de manera que uno de los dos extremos de nuestra señal original está siempre en contacto con la electrónica del circuito. Con los perjuicios que esto puede significar. Fundamentalmente, una pérdida característica de las frecuencias más agudas.
Este sistema de conmutación no ha de ser necesariamente malo. Hay ejemplos de pedales clásicos que, mediante el empleo de buffers, consiguen que la señal del instrumento no se deteriore a pesar de estar siempre atravesando el circuito. ¿Cómo lo consiguen? Generalmente, al activar el pulsador para apagar el efecto, lo que hacemos es desacoplar la señal procesada del camino de la señal, de forma que únicamente tenemos la señal original. Para que esto funcione bien, necesitaremos que el buffer de entrada tenga un correcto diseño.
Sin embargo, hay algo en todo este proceso que nos molesta especialmente a los músicos. Aunque por regla general un buffer no tiene porqué colorear la señal original de nuestro bajo, ¿No debería ser yo el que eligiera si quiero -o necesito- introducir un buffer en mi cadena de efectos? El empleo de True Bypass nos da esa capacidad de elección.
Actualmente ya son muchos los fabricantes que se han decantado por introducir el True Bypass como sistema de conmutación de señal en sus pedales, especialmente en los modelos de gama alta y la rama dedicada al boutique. Sin embargo, no son la mayoría. La primera razón que nos viene a la cabeza para que esto sea así es, lógicamente, económica. Componentes electrónicos como transistores y resistencias son mucho más baratos que un pulsador de tres circuitos, especialmente si trabajamos a gran escala.
Entonces, ¿Qué es mejor?
Como acabamos de comentar, el empleo de un pedal que no disponga de True Bypass no ha de ser necesariamente dañino para la señal de nuestro instrumento, siempre que el diseño de su circuito –en especial, el buffer de entrada- sea correcto. Pero, aunque este sistema afecte de una forma casi inapreciable a nuestro sonido, ¿qué pasa cuando encadenamos tres pedales con las mismas características? No habrá que tener oído absoluto para apreciar la degradación de la señal. Esto no ocurrirá si empleamos pedales equipados con True Bypass.
Otra de las ventajas de emplear este sistema tiene que ver con la disminución de ruidos parásitos cuando el efecto no está funcionando. Al cablear un pulsador de tres circuitos podemos hacer que la señal de salida del efecto se cierre a masa al desactivarlo. De esta forma, cualquier oscilación parásita proveniente de la alimentación del circuito o de la misma arquitectura del diseño (osciladores, ruidos asociados a la alta ganancia de las etapas de amplificación) desaparecerá por completo al apagar el pedal. Ojo, siempre que la construcción del efecto sea limpia y eficiente.
¿Seguro que no hay algo de snobismo?
Alguien podría decir “pues yo he visto el set-up de tal músico famoso y lleva un Boss en su cadena de efectos, no será tan crítico lo del True Bypass”. Bueno, hay varias formas de verlo. El empleo de buffers para mantener la intensidad de la señal no es dañino, como hemos comentado antes. Puede ser incluso imprescindible cuando has de llevar tu señal a través de muchos metros de cable. (Dato: llevar un gran número de pedales conectados uno tras otro equivale a llevar muchos metros de cable). Por tanto, en ocasiones, es incluso recomendable incorporar un pedal no True Bypass a tu pedalera para mantener la intensidad de la señal a través del camino que le estemos forzando a recorrer. Siempre que este pedal disponga de un buffer bien diseñado.
Por desgracia, en la mayoría de las ocasiones en las que nos enfrentemos a un directo no nos van a hacer falta cables de 25 metros, así que el empleo de pedales True Bypass nos garantizará la menor degradación posible de la señal y el mayor respeto sobre el tono original de nuestro bajo.
Entonces, ¿Puedo transformar todos mis pedales en True Bypass?
Teóricamente, sí. Técnicamente, nos vamos a encontrar con varios problemas.El primero de ellos es que necesitaremos conocer el circuito original del efecto para poder eliminar la parte correspondiente a la conmutación electrónica y al buffer empleado.
En segundo lugar, tendremos que sustituir el sistema de pulsación que traiga el pedal originalmente y sustituirlo por un pulsador de tres circuitos. Esto puede ser más complejo de lo que parece, ya que puede que necesitemos mecanizar la caja para poder insertar el nuevo pulsador o, incluso, que no dispongamos de espacio para colocarlo en el interior.
Como alternativa, podemos emplear una caja A/B o True Bypass Box, como la denominan en algunas tiendas. Con esta clase de Looper, lo que conseguimos es sacar el efecto de nuestra cadena cuando no lo necesitamos, de forma que no nos interferirá en absoluto en nuestra señal. En mi opinión, este es un extremo sólo recomendable cuando el diseño del pedal es tan deficiente que la pérdida de tono es insoportable.
Para concluir, os dejamos un pequeño esquema de conexionado de un pulsador de tres circuitos.
Inserto en el recuadro:
Los dos esquemas de conexión de la figura realizan la misma función. Emplean 2 de los circuitos del pulsador para a) conmutar la señal de entrada y de salida entre la conexión directa (bypass) o su inserción en el circuito del efecto y b) apagar y encender un LED que indique cuándo está en marcha el efecto.
A pesar de que son equivalentes, os hemos mostrado los dos para resaltaros como a veces las pequeñas diferencias pueden proporcionar distintos resultados.
En la figura 2, la salida del efecto está conectada a masa cuando el efecto está apagado. Esto hace que cualquier oscilación o ruido parásito que pudiera introducir el circuito del efecto, incluso sin estar conectado a la señal de audio, desaparecerá. Esto es especialmente importante cuando trabajamos con pedales que generan altas ganancias.
Por otro lado, también observamos que los dos circuitos que conducen la señal de audio están “separados” físicamente, ya que hemos colocado en medio de los dos el circuito que activa/desactiva el LED. Esto es una precaución adicional, ya que minimiza las posibles interferencias y transferencias de señal entre las señales de entrada y salida, generalmente asociadas al empleo de cable de baja calidad.
David Vie.
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